Balance del año 1959

articulo1959 recortadoInteresante nota aparecida en el diario La Gaceta, finalizado el año 1959, que describe la situación en un año de inflexión del ajedrez tucumano, dando comienzo a una década de brillantes logros. 

EN AJEDREZ AUN NO HUBO MEJORAMIENTO TECNICO

¿Fue un año bueno o no lo fue? Es el interrogante que sin duda se ha planteado todo ajedrecista al término del año, cuando en la balanza de las apreciaciones ha pesado la actividad desplegada en 1959 por todos los que en una forma y otra se han visto ligados a la actividad del juego ciencia en nuestra provincia. El mismo cronista que escribe estas lineas ha tenido ese problema, sobre todo por la actividad cumplida en el aspecto deportivo ha sido intensa. Pero… así como en el tablero hubo una intensa puja, en el aspecto cualitativo Tucumán no ha evidenciado progreso, ni tampoco la Federación Tucumana de Ajedrez ha servido de lógico nexo entre quienes propulsaron el ajedrez.

Una temporada con un torneo zonal del noroeste que clasificó a un ajedrecista de reconocidos méritos: Adolfo Iván Rodríguez y a otro cuyos antecedentes se discutieron y que no justificó su inclusión como representante zonal al clasificarse último en el campeonato final realizado en Buenos Aires; la ausencia injustificable de nuestro primer equipo al campeonato nacional de esta especialidad realizado en La Falda, Córdoba (donde esta deserción fue duramente calificada); la imperdonable omisión de no haber inscripto a José Rubinstein en el turno final del campeonato juvenil, donde tenía muchas posibilidades. ¿Son antecedentes valederos para calificar la actividad anual de 1959? ¿O deben necesariamente contrarrestarse esos defectos de orden nacional con la intensa actividad cumplida en el orden provincial?

Indudablemente en los platillos de la balanza lo malo y lo bueno del año se equilibran y, arrojan un solo saldo: paridad, mucha difusión, pero poca calidad.

Mitre, un gran club

En el orden de las actividades interclubes, la Asociación Mitre con sus incansables dirigentes: Ernesto Asaf, Próspero de la Rosa, Jorge Consentino y Humberto Mazzocco, se llevan la palma del año. No solamente lograron conquistar tres categorías del torneo anual (primera, reserva y tercera) sino que tuvieron el mérito de instituir dos modalidades hasta ahora desconocidas en nuestro ambiente ajedrecístico: crear una escuela de enseñanza  del ajedrez con un maestro rentado, al que se remuneró mensualmente, y realizar un torneo de ajedrez individual con destacados ajedrecistas y con premios en efectivos que dieron un mayor motivo de interés al certamen, aun cuando promoviera una tónica discutible.

Un campeón que no lo fue

rubinstein1959

José Rubinstein, el brillante campeón tucumano de 1959, al que no se le dio ninguna oportunidad para demostrar sus condiciones para el juego ciencia.

Ahora al término de la temporada, la figura de José Rubinstein, el campeón tucumano ganador del Torneo Mayor Provincia de Tucumán a comienzo del año se nos brinda como un primer tablero que no tuvo oportunidad de demostrar aún sus grandes condiciones para el juego predilecto de la Diosa Caissa.

Por causa ajenas a su voluntad no pudo realizar ninguna actividad nacional: no jugó el torneo juvenil, no fue como primer tablero al torneo de La Falda, ni tampoco jugó en ningún match interprovincial.

Es decir, que fue un campeón que no pudo lucir su corona ajedrecística.

Lo mejor el ajedrez femenino

transito_rodriguez1959

Tránsito del Cármen Rodríguez, la vicecampeona tucumana de ajedrez femenino que nos dió la máxima satisfacción nacional de 1959: clasificarse en tercer término en el campeonato argentino femenino.

La temporada anterior habíamos predecido que a poco que se le brinda una oportunidad al ajedrez femenino nos daría grandes satisfacciones, y así fue. Este año lo mejor en el orden nacional, fue sin duda, una mujer: Tránsito del Cármen Rodríguez. Esta jugadora, que conjuntamente con la campeona tucumana viajó a Buenos Aires y jugó el campeonato nacional de ajedrez femenino dejó bien sentado el prestigio del ajedrez provincial.

Ambas jugadoras no tuvieron preparación técnica ninguna, incluso hubo momentos en los que se desistió de su participación en el orden nacional y luego tuvimos la satisfacción de ver una de ellas peleó mano a mano con las mejores, con las más consagradas y hasta la penúltima rueda del certamen tuvo posibilidades de obtener el título nacional. La señora de Rodríguez se clasifico tercera y la señora Campero última. Pero estamos seguro que si ambas hubieran sido preparadas como debe hacerse para esta temporada: el título argentino del juego ciencia, en lo femenino, estaría ahora en manos tucumanas.

Barea un valor que surge

barea1959

Luis Alberto Barea, el juvenil valor de Atlético Tucumán, que comenzó la temporada jugando en tercera categoría y ascendió meteóricamente hasta conseguir ser representante del noroeste argentino al próximo torneo nacional juvenil de 1960.

También como en años anteriores los jóvenes menudearon con algún esplendor sobre el tablero tucumano. Y así surgieron dos figuras juveniles que técnicamente aún no tienen la preparación necesaria pero que han demostrado la categoría suficiente como para ser primeras figuras: Fernando Herrera del Club Jaque Mate de Concepción y Luis Alberto Barea, del club Atlético Tucumán.

De ambos valores, creemos que Barea es, por sus condiciones y su edad, el que posee mejores posibilidades para el juego ciencia y no dudamos en calificarlo como el valor del años 1959.

Referencias:

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